domingo, 9 de mayo de 2010

De nuevo la ilusión... y el miedo

Cuando en realidad deseaba que me besara, la confusión se apiadaba de mi alma, él estaba ahí, acercándose a mí, mi cuerpo tiritando de frío, de nervios acumulados tras las horas de espera a la intemperie, tan sólo un vestido fino cubriendo mi cuerpo y una chaqueta como el papel de fumbar, el aire gélido atravesando mi piel, caminando cabeza gacha cuando pensaba que ya no vendría, ni siquera contestaba a mis llamadas, le ví de lejos y pensaba marcharme, caminaba intentando no mirarle, haciéndome la despistada para huir con lágrimas asomando, más se dirigió hacia mí, llamándome de lejos... levanté la cabeza manteniendo el equilibrio en los tacones y una leve sonrisa se dibujó en mis lábios...
Unos instantes frente a él, mientras su cuerpo se aproximaba al mío, tiritando más de miedo que de frío y un paso atrás deslizó mi cuerpo, subrealista situación cuando el cansancio se acumulaba tras horas de viaje sólo por verle... para saber que mis planes se trastocaban y que no iba a poder estar con él, que los compromisos de su vida me arrebataban la ilusión de unas horas a su lado... y aún así me vi dispuesta a esperar unas horas por poder tener la oportunidad de perderme entre sus brazos, más la razón me dijo que sugiriera la posibilidad pero la tildara de poco probable en el tono de mis palabras.... haciendo un comentario vago, sin apenas fuerza de la posibilidad de esperar a que terminara esos compromisos para verle...
Irónica situación, subrealista tal vez, tras horas esperándole y ahora estaba ahí, huyendo de su cuerpo, de su mirada, más sentí pánico cuando volví a ver esa mirada, la misma mirada que tenía el día que le conocí, cuando me alejé de su lado con la sensación de que quería besarme.... y mi espontaneidad hizo que hablara con fuerza, con la gracía que hace que mueva hasta los dedos de mis pies para expresarme y tornara la situación de otro color... que nos fueramos de allí, cambiando el rumbo de nuestros pasos hacia una situación diferente, allá donde nadie observara, donde la soledad fuera nuestra última compañera...
Me costó contenerme, allí, apoyada en la pared del ascensor, coqueta, sensual, con mirada de deseo... observando sus ojos, aquellos ojos que me volvieron loca una mañana inesperada de trabajo, que me pillaron desprevenida, sin fuerzas... no estaba preparada para volver a ver aquella luz... aquella mirada que tenía el día que le conocí, y hubiera saltado a sus brazos mas sentía miedo a un nuevo rechazo, a sentirme de nuevo abajo, hundida, sin fuerzas para levantarme.... hube de respirar hondo en varias ocasiones, el tiempo estaba parado, una enternidad en mi mente, observándole a escasos centimetros de mi cuerpo... y siempre me quedará la duda de su deseo... mas sé que los sentimientos no son los mismos...
Procuré mantener distancias en todo momento, intenté evitar la tentación... una gran batalla desatada en mi interior... y ahí estaba, en su casa, observando sus fotos, sóla en una habitación, sonriéndome con sus recuerdos... y mi mente confusa, con miedo.... más fueron unos minutos allí y volvimos al coche, embelesada observándole... no quiero imaginar la expresión de mi rostro, mas al despedirme de él me costó darle dos besos, me costó demasiado mantener la compostura y no rozar sus labios, no deshacerme entre sus brazos... y decirle que quería esperar, que quería estar ahí cuando hubiera terminado sus compromisos, que sabía que iban a ser unos instantes y que después dolería, pero duele igual y quería tener la dulzura de ese momento, perdida entre sus brazos mientras sus manos acariciaban mi cuerpo... moría de ganas por volver a vivir ese instante de felicidad, un sueño de unas horas, volando en el cielo y perdida entre las nubes, y después el suelo... mas no me importaba caer si podía tener esa felicidad unos instantes... pero el miedo me hizo ser cobarde, me hizo bajar del coche con la tensión del momento, la sonrisa ya borrada... y emprendí mi viaje de vuelta... entre sonriente y triste.... me traía de vuelta un regalo, pero mi sueño quedó atrás, cada vez más lejos por los kilómetros recorridos....

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