jueves, 16 de septiembre de 2010

Lágrimas de sangre



Días tristes en los que apetece llorar sin motivo, lágrimas que nacen en la sinrazón y se cuelan en lo ilógico de lo absurdo cuando los sentimientos se tornan grises y al despertar llueve, tristeza del cielo que se contagia con la del alma y se revuelven los ánimos.... no seco las lágrimas con el pañuelo, las dejo a su libre albedrío por las mejillas, que se evaporen al viento, libres, libres como el espíritu que alberga este dantesco ser que es hoy mi cuerpo, melancólico, anhelante de nada, triste sin motivos... quizás cansado de las luchas que siente que va perdiendo...

Debería sentir motivos para estar alegre, contenta en que sean realidad los sueños y en esta soledad que acompaña el silencio, en el destierro en el que me gusta encerrar los pensamientos y el mutismo de mi cuerpo, se desvanecen las sonrisas por momentos, contrasentido de los sentimientos cuando decaen los ánimos con estas lágrimas que me hacen sentir lo absurdo, siento la felicidad de las pequeñas cosas, nimios detalles que me arrancan carcajadas del alma y el brillo en la mirada, que ahora se vuelve humedad de las lágrimas y el cansancio del cerebro...

Caída libre, arrinconada en el sofá, abrazando mis piernas mientras las gotas saladas caen sobre mis muslos al descubierto, desnuda, desconsuelo en el silencio, ríos salados brotando de a cuenca de mis ojos, y sola, yo con los recuerdos, sola, yo con mis pensamientos.... sinsentidos de esta nostalgia, de anhelos de algo que ni siquiera logro comprender en lo que pretende decirme la tristeza con miradas furtivas, intento leer en sus ojos, pero no logro comprender el mensaje que me transmite y las preocupaciones se tornan tristezas, los problemas puñaladas en el alma y las fuerzas flaquean en mis piernas, se derrumba mi cuerpo como un edificio viejo...

Sonrisa en los labios y mirada triste, así me ve quien mira dentro, quien escudriña en mis ojos cuando los alardes de jovialidad en ocasiones matan por dentro si no quiero convertir mi vida en un lamento cuando sé que le quiero y su dolor me mata por dentro, cuando me siento perdida en las faenas de salvar su cuerpo en la caída que veo y no puedo, quebrantos del alma en una batalla que no es la mía y cuan brigadista intento coger un fusil y adentrarme en las barricadas de su infierno, mas ni siquiera sé cargar las balas en esta lucha en la que se me considera enemigo de lo que quiero y la impotencia es tan sublime que de las sonrisas me tira al suelo en llanto desconsolado, como niña perdida en la muchedumbre de este mundo, desamparada y sin consuelo.

No hay abrazos que espante la tristeza, no hay mano que limpie las lágrimas que no se derraman en los pensamientos, en la sinrazón de la tristeza que me corrompe por dentro, puñaladas del alma en el sufrimiento y el sinsentido de la felicidad de mi vida cuando la infelicidad de la suya me invade por momentos, quiero y no puedo, perdida, dolorida, magullada, machacada y pisoteada por quien quiero y me mata con cada desprecio, hieren más las miradas que los golpes en el cuerpo, duelen más las palabras calladas, lo absurdo del odio y la indiferencia sin motivos y la incapacidad de mi ser de mirar al horizonte y refugiarme en la felicidad de lo que es mi vida, sin pensar en como día a día destrozó el gran corazón que tenía dentro.... provocando lágrimas de sangre cuando sonsigue colarse dentro de mis sueños, cuando quiero hacer algo y no puedo, cuando deseo coger su mano y llevarle por los senderos de lo correcto, cuando le siento perdido y por más que quiero no puedo, me arrastra a la perdición de los días grises, no ven mis ojos en la tormenta que se desata por dentro... y me pierdo con su cuerpo.