domingo, 9 de mayo de 2010

Unos segundos....

Comencé el día agitada, nerviosa, temblando... intenté calmar los nervios mientras desayunaba frente al ordenador, mas de nada sirvió esa enmienda, nada más cruzar la puerta del baño para entrar en la ducha se me anudó el estómago... nada de lo planeado me servía... ni siquera la ropa que había preparardo pulcramente la noche anterior para la ocasión... no sentía que con ella fuera a brillar con luz propia... a destacar ante los ojos de cualquera que osase cruzarse en mi camino durante esa jornada...
Temblorosa comencé a arreglarme, a dibujar mi rostro como si se tratase de la modelo de un anuncio, cuidé el maquillaje hasta el último milímetro sin perder la naturalidad que me caracteriza... unos retoques suaves y una sombra rosa pálido... intentando sacar de mi mirada ese brillo de inocencia que se mezcla con la seducción de mis ojos grandes... turbando durante el día a cualquiera que osara mirarlos...
No sabía ni siquera a que hora iba a poder verle, cuando se cruzarían mis ojos con los suyos así que adelanté mi hora de llegada al trabajo para poder disfrutar cada segundo, cada instante que pudiera disfrutar de su compañía... más de nada sirvió madrugar puesto que las horas de espera se hicieron interminables... ni siquiera hice pausa para comer por miedo a perder la oportunidad de verle aunque fuera en la distancia, de que mis labios rozaran sus mejillas con una sonrisa y la mirada tímida...
A media tarde, con los pies destrozados por los tacones y la desesperanza rodeando mi mente, cansada, agotada de comentarios lascivos y de miradas de deseo por parte de aquellos viajeros que pasaban por delante de mí... sonó el móvil y una sonrisa iluminó mi cara, destellos de luz en mis ojos al ver su nombre y la decepción del contenido de sus palabras... ¿no entendía aquella mente ciega que tan sólo un segundo para mí a su lado bastaba? ¿no podía comprender que aquellas palabras retumbaban en mi mente como una puñalada? mas no soy de las personas que se rinden y lucho... no me conformo con una batalla perdida y esta la tenía ganada... sabía que iba a verle aunque fuera un instante y cuando apareció con la cabeza gacha lo último que esperaba era ver mi mirada, sonriente al verle ante mis ojos, cargando la maleta como los cientos de viajeros que me rodeaban, pero este no era uno más... este era especial... era diferente, único para mí y se paró mi mundo, invisibles todas aquellas personas que corrian a mi alrededor...
Le acompañe en su tránsito tan solo unos segundos y esperaba volver a verle, más la realidad partió mi alma con la melodía de un mensaje diciendo que no volvería a verle, que se acabó mi tiempo a su lado por ese día y mi alma se partió en dos... borrandose la sonrisa de un plumazo, cargándose el brillo de mis ojos, ese brillo de alegría que cambió por el de las lágrimas que deseaban salir, mas debía contenerlas... debía retener ese dolor hasta estar en un lugar seguro, donde la flaqueza de mi alama no fuera visible al mundo...
Cuando me tumbé en el sofá, café en mano, las lágrimas comenzaron a brotar en mi cuan río desbordado pues el dolor de la realidad hacía eco en mi mente y me sentía ridicula, como una quinceañera que persigue a su amado, como una niña enamorada... mas no me importa lo que digan los demás si no lo que siento, mas no importa que la gente que me quiere diga que duele, porque duele y lo sé, mas no puedo evitarlo... no puedo evitar estar ahí, luchar por lo que quiero sin rendirme aunque las risas de sus compañeros fueran heridas de batalla, aunque su indiferncia me partiera el alma, me dejara herida y en el suelo... con ojos tristes.... no puedo por más que quiero... porque no se puede evitar sentir, no se puede aplicar la razón cuando una persona está locamente desquiciada.... cuando estás locamente enamorada.... y aunque esa persona te de tan poco, esas migajas te hagan sentir llena.... te hagan vibrar en cuerpo y alma....

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