lunes, 7 de junio de 2010

Rosas negras

Un buen despertar se apoderó de mi en el alba, el cuerpo dolorido mas la sonrisa se dibujaba en mis labios, hoy haría el mundo un poco más agradable a quien se cruzara en mi camino, hoy sería un gran día... rigurosa dosis de cafeína en el desayuno mientras se disipan las legañas en los ojos con el calor de la mañana y una sonrisa entre los labios... demasiada energía invadiendo mi cuerpo cuando necesito horas para desperezar...

El polvo ya resultaba demasiado evidente sobre los muebles oscuros de mi morada, limpié la casa con esmero y una sonrisa mientras la música alegraba mis movimientos, entre pases de baile y movimientos de aspirador, mientras, la lavadora hacía los ecos de la música...

Otro café para activar el cuerpo y una ducha tibia, chorretones de agua recorriendo mi cuerpo, inmenso placer el sentir esa lluvia artificial sobre mi cabeza, el olor a frutas del bosque del gel de ducha mientras mis manos resbalan suaves con la espuma, embriagándome por ese aroma... y siento que me humedezco, que me excita la sensación del agua recorriendo mi piel y comienzo a jugar bajo el agua, con mis dedos introduciéndose en mi vagina, dulces caricias que me hacen arder de placer bajo el agua y me estiro hacia atrás en un orgasmo que me deja tiritando bajo el agua cálida... el agua resbalando por mi cara mientras me tembla todo el cuerpo y me vienen espasmos repentinos.... uno detrás de otro... ahí, encogiéndome, con los dedos aún entre mis piernas, cerradas repentinamente por el placer, intentando impedir un sólo movimiento de mis manos....

Acabo de ducharme con una sonrisa en los labios y delante del espejo seco mi cuerpo con cuidado, completamente desnuda me dirijo al dormitorio y cubro mi cuerpo de crema, dándo un aspecto mucho más brillante y atractivo a mi piel; tomo un tanga y me lo pongo, mismo proceso sufre el sujetador, me dirijo de nuevo al baño y continúo con el proceso de belleza, desodorante, antiojeras, base de maquillaje, una fina sombra, casi invisible, una raya negra perfilando mis ojos y un rimel cuidadosamente colocado... el pelo suelto, con unas pequeñas pinzas negras retirando los pelos de los ojos, dándole un efecto entre dulce e infantil a mi rostro...

Una camiseta negra ajustada, remarcando mi pecho y dejando entrever un pequeño escote y una falda por debajo de la rodilla, con dibujos rojos, un look muy mío, entre desarreglado y muy aliñado, informal pero muy sensual, marcando curvas de forma muy natural... en los pies unas bailarinas negras y me miro en el ascensor antes de entrar, me gusta lo que veo, soy muy yo, muy natural... a penas se nota el maquillaje en mi cuerpo...

No espero nada del día, simplemente me dejo llevar... van transcurriendo las horas en el trabajo y después tengo una cita, pero algo me dice que algo no va bien y es ahí donde se pierden las sonrisas, es ahí donde se tuercen mis ánimos... no tengo intención de nada, sólo de conocer, sólo de intentar pasar página, de dejar de sufrir, más presiento que algo no va bien, presiento que hay algo que no funciona en el camino... mi teléfono no suena, no recibo respuesta cuando llamo ni mi mensaje es contestado... ¿un plantón? me resulta extraño tras el comportamiento anterior... pero no puedo esperar nada de alguien que no conozco, aunque resultaría muy cruel saber que es intencionado el silencio, que a sabiendas de mi sufrimiento hiciera esto... mas lo ha echo...

En momentos como este, prefiero ser succubo a humana, prefiero no sentir, prefiero no saber... no logro entender como se puede llamar persona a alguien que sabe que sufres, que sabe que sientes miedo y aún así te enfrentas a él, que sabe que tu alma está llorando mientras le regalas una sonrisa y hace falsas promesas.... mas sí, la promesa la cumplió, logró sacarme los colores, pero no con halagos como pacto, si no de la rabia, de las mejillas irritadas por las lágrimas, por hacerme sentir menos mujer, menos persona... mas otra vez tirada en el suelo, sintiéndote muñeca de trapo, juguete entre sus manos... otra vez la misma historia, pero esta vez ni siquiera había comenzado... y no me lo puedo creer, no soy capaz de entender, necesito una explicación, más no obtengo respuesta... algo que duele aún más... creí haber elegido a la persona adecuada para comenzar a cultivar un jardín de risas, creí haber elegido a la persona adecuada para salir de mi cueva, más otra vez esa persona me falló y sembró en mi jardín rosas negras, rosas negras manchadas con sangre de las heridas del alma, heridas que resurgen cuando me siento menos mujer tirada en la cama, cuando siento que alrededor de las sábanas hay un jardín, lúgubre, triste, lleno de rosas negras goteando sangre...