lunes, 2 de septiembre de 2013

Emocionante lectura....



Me tumbé sobre la cama con un libro entre las manos, estirada, boca abajo, con las piernas abiertas disfrutando de la luz que se colaba por la ventana, de la apacible lectura y el silencio que reinaba en el ambiente, viajando lejos entre las líneas de ese libro de tintes eróticos, evadiendo la realidad con cada línea que me absorbía... Mi paz se vio alterada al escuchar el ruido de la puerta y un hola familiar, llegó y se fue directo a la cocina, sabía que iba a buscar agua en la nevera, conocía cada uno de sus movimientos al entrar y permanecí impasible en mi mundo, asomó a la habitación, como solía hacer siempre y trepando por encima de mi cuerpo me dio un beso antes de irse a la ducha, como hacía siempre, pero sentí su presencia ahí parado, tras de mí, observándome, y un azote hizo que se estremeciera mi cuerpo, que se me entrecortara la respiración.

No podía mover mi cuerpo, permanecía quieta, con el libro entre las manos, observando a través del espejo como estaba de pie, parado tras de mí, mirando mi reacción a través del espejo, y su mano volvió a golpear mi trasero, mientras observaba la mueca de placer que se dibujaba en mi rostro se le aceleró la respiración y en un movimiento brusco sus manos arrancaron mis pantalones y bragas de una vez, acelerando mi pulso aún más se tumbó bruscamente sobre mí y me penetró sin miramientos, haciendo que el libro cayera al suelo, embistiéndome una y otra vez, mientras su lengua recorría mi cuello y mi oreja y no podía evitar la cabeza y morder las sábanas para evitar gritar de placer, la excitación de esa brusquedad, improvisación y deseo que mostraba por mi cuerpo me llevaban a humedecer hasta las sábanas que se arrugaban bajo mi cuerpo, inmóvil. No pude evitar que mis caderas buscaran más juego, más placer y me embistió mas fuerte, haciendo que mordiera las sábanas para ahogar el grito que salía de mi garganta pero sus manos agarraron mi pelo, obligando a mantener la cabeza en alto, mientras me gemía al oído:

   - Te gusta que te folle puta

y cada vez me embestía más fuerte, cada vez me llamaba puta con más rabia y me pedía que gritara

- "te gusta eh!"

y la excitación de sus palabras se sentía en mi cuerpo, cuando no podía evitar gritar de placer, ni controlar los orgasmos que me venían, que invadían mi cuerpo sin control, sin una pausa para respirar entre cada embestida, sin tregua para tomar aire y dejar que que mi cuerpo perdiera esa sensibilidad que lo azotaba cada vez más fuerte, no podía moverme, las uñas clavadas en el colchón y su cuerpo sobre mí, castigando al mío, hacíéndo que mis ojos se salieran de sus órbitas y no pude contener un grito fuerte cuando sus uñas se clavaron en mi espalda y sentía como se encogía sobre mi cuerpo, mientras el mío temblaba y se retorcía en la dulzura de sentir su orgasmo me azotó el mío... y permanecí ahí, inmóvil, con su cuerpo sobre el mío, la piel de ambos sudada y la mirada perdida en el libro, abierto al azar, emocionante lectura....