martes, 27 de julio de 2010

Arderé en el infierno


Cierro la puerta de casa con la extenuación vistiendo mi cuerpo, bajo el vestido negro que lo cubre, los tacones aún puestos y la sonrisa en los labios, me encaminé directa a la tina y abrí el grifo de la ducha con el agua templada, me deshice de la ropa y me metí dentro, dulce agua que recorría mi figura, sentado en el suelo, agua de lluvia que me inhundaba a la vez que los pensamientos...

Mis manos enjabonan mi talle dulcemente, caricias calladas que me proceso y me encienden por dentro, caricias de espuma y pensamientos que me enardecen por dentro cuando siento el deseo y sé que no le tengo, sin embargo, me excita el juego de saber de sus deseos y la negativa a poseer mi cuerpo... y se escapa a mi razón la tribulación cuando ya alcanzo su meta, soy presa de sus deseos... redes que me atrapan cuando pienso, cuando me dejo llevar en el raciocinio y añoro sus besos, más no importa el juego si se estremece mi cuerpo, si me provoca hasta el aliento.

Se pierden mis dedos entre las piernas y juego, caricias calladas, caricias calmadas que me arrebatan hasta el aliento en cada gemido y una sonrisa endulza mi semblante, alimentada por los recuerdos, caricias que me humedecen por dentro mientras el agua resbala por la piel canela, y falanges que se escurren en mi cuerpo, falanges que se pliegan en mi pecho encendiendo hasta el último de mis deseos, dulce inquietud que me invade por dentro, víctima de mi propio juego, verdugo que me engancha hasta quemarme en su infierno...

Lilith, signo de la rebeldía, libre de cadenas que la atasen a ningún cuerpo, ahora voluntaria me someto a los encantos de Merlín, la constancia de Ismael y la lanza de los dioses y con el dibujo de una sonrisa en los labios sigo jugando con mis manos entre gemidos, me gusta la sensación que provoca todo esto en mi... él es inmune a mis encantos, prior que se escapa de mis hechizos y me provoca como si fuera un reto, mas no siento el miedo si el diablo se halla en su cuerpo, me enaltece su comportamiento y aumenta el deseo...

Sigo jugando con mis dedos, resbalan por dentro a un ritmo frenético y me enciendo, me enciendo de tal manera con cada caricia que me quemo y un grito hace eco, dulce orgasmo del diablo que se desata en mi cuerpo, dulce orgasmo del diablo que llevaba tiempo encerrado dentro, solitario con los sentimientos, acompañado por los pensamientos, encarcelado en la mazmorra del diablillo que me despierta en el sueño, libre de tomar su mano o salir corriendo, mas ahora que la humedad yace bajo mi cuerpo, no pretendo resbalar de nuevo, me quedo sobre la dulzura de la tortura, apacible en la mazmorra sin centinela que vigile esta rapiña, calmada porque aunque no esté, le siento... dulce hechizo que me enarbola el cuerpo, me excita, me enciende y me da el sosiego, pues si es un diablo, de su mano no siento el miedo cuando se me enciende el cuerpo, arderé sin recato en el infierno, dejaré que me invada el fuego al completo si ese es el designio del destino cuando mis manos acarician mi cuerpo y me alimento de todo la lava que me recorre el por dentro... víctima de mi propio juego cuando masturbo mi cuerpo y me doy cuenta de que también lo hago con mi mente, eyaculando flujo e ideas que me dan orgasmos más placenteros... que me hacen arder en el infierno... y no me muevo.