sábado, 18 de septiembre de 2010

Duermes y te observo


En medio del sueño me invade el desvelo y mis ojos como platos, abiertos, observando tu cuerpo, súcubo que se escapa de las redes de Morfeo al alba para hacer las deleites de sus pensamientos mientras observa, enmudecido, silencioso, perdido en un mar de pensamientos...

Duermes y te observo, te observo tras el umbral de la puerta, con los labios enmudecidos y la cafeína haciendo su efecto, palabras calladas que se ahogan en mi pecho cuando eres capaz de despertar un mar de sensaciones por dentro mientras se estira tu pecho al respirar, con el silencio, tú y mi cuerpo, la sonrisa en los labios cuando es agradable por dentro lo que observo y siento la necesidad insaciable de acercarme, de susurrarte al oído todo lo que se provoca ahora mismo en mi cuerpo, y en el deseo irrefrenable de sentir el aroma de tu piel acariciando mi cuerpo, me contengo, me contengo y me guardo las palabras dentro, para mí, encadenada al marco de la puerta que sujeta el peso de este pequeño cuerpo y te observo, te observo mientras duermes en silencio...

Duermes y te observo, te miro en silencio, en medio de la nada, con la penumbra envolviendo nuestros cuerpos y en las fantasías de mi mente, intento penetrar en tu mundo de sueños, puertas que se me tienen cerradas en las cadenas que atan mi cuerpo al suelo pero tampoco quiero volar lejos, no me veo en el espejo pero siento la sonrisa en la mirada cuando te observo, cuando siento que estás ahí, frente a mí, perdido en los brazos de Morfeo, pero junto a mi cuerpo... y me excita la sensación de sentirte cerca y lejos, me envalentona el reto de penetrar en lo que esconde el cerebro, el misterio que guardan tus pensamientos mientras te observo, dormido, ajeno a que te estoy mirando, a la sonrisa que se dibuja en mis labios y me abandono yo a los antojos de Morfeo, pero mis ojos están abiertos y los pies en el suelo....

Duermes y te observo, deseo irrefrenable de resbalar por tu cuerpo con mis labios húmedos, de sentir tus manos aferradas a mi piel, uñas que se clavan y ahí, en pie, apoyada en el marco de la puerta, siento la excitación que me recorre el cuerpo, la sed de los besos, el ansia de las caricias, la avaricia de volver a sentir el éxtasis bajo tu cuerpo y la lujuria, lujuria que despiertas en mi cerebro cuando me abandono a Morfeo con los ojos abiertos, calentura en mi cintura mientras te observo, antojo de un despertar empapado en sudor y en medio de los caprichos que Afrodita brinda a mi cuerpo, me contengo, me contengo y te observo mientras duermes, incapaz de hacer que abras los ojos a mis antojos y en silencio vuelvo sobre mis pasos, con la sonrisa en los labios al saber que despertarás y sentiré de nuevo la excitación con el olor de tu piel, mi cabeza hundida en tu pecho y las caricias de tus manos en mi espalda.... y duermes y te observo, sintiendo con eso la satisfacción en el cuerpo.