
En esta angustia que me invade camino como el viento, la brisa revuelve mi pelo y el humo de un cigarro me roza por dentro, en cada calada, siento ese humo seco, vivo cada instante como si fuera el último, mis pasos avanzan en silencio, solitarios por las calles abarrotadas de gente, bullicio y risas me rodean, y yo, ausente, ida, caminante nocturna que se aleja del jaleo...
Recorro jardines y parques, ni siquera siento el cuerpo, no siento los pasos dados ni tengo noción del tiempo, busco algo que no encuentro más ni yo misma sé lo que estoy buscando... vuelvo a mirar el teléfono y pienso en pedir ayuda, compañía, cariño... mas sin darme cuenta vuelvo a guardarlo en silencio y mis pasos siguen avanzando, lejos de la multitud, buscando un lugar solitario...
Me siento en un puente, ni siquera mi vértigo hace mella en el cuerpo, los pies colgando en la altura, bajo ellos un mar de coches avanzando en la gran ciudad, miles de personas me rodean y me siento sóla, vacía por dentro, con la única compañia de la música que suena, canciones tristes que me revuelven aún más por dentro y las lágrimas que se secan sólas en mi cara, ni siquiera un pañuelo.
Prendo otro cigarrillo y miro al suelo, no pienso, más el diablo me propone un pacto para el fin de mi sufrimiento, no quiero escucharle más su voz suena en mi mente como un eco, sus palabras proponen un desenlace para este cuento...
Un suspiro vacía mis pulmones y, yo, Lilith, castigada por no querer someterme, por ser un angel libre, mujer de otros tiempos sufro un diferente castigo, esta vez no me mataran cien hijos al día, pero me condenaran al sufrimiento, al desamor eterno que arrastro en el tiempo, y bruja por convencimiento, al diablo me niego, mas sus palabras resuenan con eco, y me planteo sellar con sangre su acuerdo, me planteo venderle mi alma y saltar como propone para terminar por fín este lamento...
Y si le entrego mi cuerpo, ¿dejaré de sentir este vacío por dentro?