miércoles, 19 de mayo de 2010

Sentada en el suelo....



Tenía a ese desconocido frente a mí, mirándome con deseo, sus ojos estaban desnudando mi cuerpo y su mente viajando en el mundo de los deseos, se le notaba en la mirada, se notaba que deseaba desnudar mi cuerpo y sus palabras iban encaminadas a conocerme más, a conseguir una cita en la cual poder acceder al sexo.... tenía todos sus datos, su voluntad se vio abnegada cuando clavó su mirada en mi escote, sus ojos en mis piernas al descubierto por la minifalda y mi sonrisa cerró la venta... un cliente más, un cliente que firmó un contrato con pretensiones de firmar un contrato no escrito, un contrato no verbal...

Su mirada era atractiva, su cuerpo proporcionado, su sonrisa hipnótica y sus palabras semblantes, calmadas... mas en otra ocasión hubiera sido un amante perfecto, más sus manos presagiaban buen sexo, sin embargo, no podía ser hipócrita conmigo misma, no quiero sentir un cuerpo mientras es otro el que siento... y me siento ahora en la habitación, sóla, me siento a pensar con mi cuerpo desnudo, las piernas cruzadas y el ordenador entre las piernas, desnudando el alma como el cuerpo y me doy cuenta de que no puedo seguir sufriendo por los silencios, por la indiferencia de sus sentimientos... me doy cuenta de que debo levantarme, el juego de la vida ha de seguir su curso, más no me siento con fuerzas y sé que esta sequía me mata por dentro...

Son ya meses sin sentir unos labios rozando los míos, son ya meses sin sentir un cuerpo que me encienda por dentro... y este castigo voluntario hace que sienta más el deseo... mas sé que con sólo una palabra es capaz de saciar mis ansias, es capaz de levantarme de suelo al cielo... y que nada saciará mis ansias por su cuerpo... que me muero de ganas por sentir sus manos desnudando mi cuerpo y me duelen sus silencios, me duele ser invisible ante sus ojos, me duele....

Me levanto y vuelvo a mirar mi cuerpo, belleza divina que odio en estos momentos, ¿de qué me sirve que me digan que puedo tener lo que quiero? de qué me sirve este cuerpo si lo que quiero ni siquiera lo siento.... y la distancia entre mi cuerpo y el suyo cada vez es más abismal, cada vez más lejano mi sueño...

Y ahora, aquí, sentada en el suelo, debatiéndome entre los sueños y la realidad y me pregunto, qué hacer con mi tiempo... más cada minuto de sufrimiento es un minuto vivido, mas es un minuto que pierdo de disfrutar el camino de esta vida, una vida que se pasa ante los ojos y no vuelve... y ahora, aquí, sentada en el suelo, mis manos rozan mis muslos y vuelo... mis manos rozan mis muslos y siento el placer y el deseo... y juego e intento calmar el sufrimiento con juegos, con la yema de mis dedos rozando mi cuerpo y esas caricias que me encienden el alma y me sacian...

Ducha ardiendo...



Entro en el ascensor y observo mi cuerpo en el espejo, excesivamente delgada para mi gusto... pienso en qué hacer para engordar y ya no se me ocurre nada más, observo mi cara y me veo guapa, con la mirada atractiva de siempre, resaltada por el maquillaje obligado cada mañana, demasiadas ojeras... pienso, debería dormir más y pensar menos...


Cruzo el portal y, sentada en la cama, me quito los tacones despacio, me levanto, estiro mi cuerpo y dejo caer el vestido ajustado en el suelo, camino descalza hacia el baño mientras mis manos, entrelazadas en mi espalda, sueltan el sujetador que oprime mi pecho, me deshago de él y cae al suelo mientras me observo en el espejo, desnuda, natural, sólo cubierta con la minúscula lenceria de un tanga de encaje, el vientre plano, la curva de mis caderas más marcada que nunca con esa cintura estrecha que han dejado los nervios en mí, me veo atractiva, reparo en mi pecho y observo que ha disminuído demasiado, se me empiezan a marcar las costillas.... no puedo mirar más.


Me dirijo a la ducha y enciendo el grifo, mientras comienza a salir el agua caliente, retiro las orquillas de mi pelo y me deshago del tanga, arrojándolo al cubo de la ropa sucia con gran puntería... compruebo la temperatura del agua y es ideal para zambullirme dentro, completamente desnuda con el agua resbalando por mi cuerpo, mi voluminoso pelo pegado al cuero cabelludo, empapado, me quedo inmóvil, disfrutando del momento y como si me entrara la prisa reacciono, enjabono mi pelo concienzudamente, frotando cada rincón de él, y me sumerjo bajo el agua de nuevo para aclararme...


Ocurre algo inesperado pero deseado, se abre la puerta del baño y aparece su cuerpo, vestido sólo con una sonrisa mientras se introduce en la bañera conmigo y sus manos frotan mi cuerpo, sin esponja, sin jabón, sólo el roce de su piel y el agua que me hacen arder por dentro mientras sus labios encienden los míos en cada beso, bajo el agua... me siento pequeña y grande a la vez, ironía que se olvida cuando sus manos bajan por mi cintura y rebuscan entre mi sexo, húmedo, resbaladizo, y me agacho frente a él, siendo aún más pequeña, siendo ahora el juguete de sus deseos mientras mis labios rozan su pene erecto y mis manos acarician sus muslos, recorren su cuerpo con ansia, con ganas...


Me levanto y cierro el agua, dulce ducha que me relaje luego, más ahora el calmante de mi cuerpo es otro, salgo de la ducha apresurada, sin apenas secar mi cuerpo y le tiendo una toalla a la vez que mis manos le arrastran al dormitorio, deleitando mi mirada con su cuerpo desnudo, torso musculado y empapado frente a mí, tumbada en la cama mientras se coloca sobre mí y besa mis labios, acaricia mi cuerpo con ternura y yo, cada vez más húmeda... mientras sus dedos penetran mi cuerpo, con movimientos secos de su mano, cada vez más fuertes, cada vez más placenteros...
No puedo más, me invaden las ansias y el deseo, y me subo encima de su cuerpo, besando sus labios, rozando su cuello, voy bajando hasta donde termina el deseo y mi lengua juguetona hace que se encoja su cuerpo mientras sus labios, apretados, de vez en cuando pronuncian palabras entornadas por el placer... y resbala por mi cuerpo, con su lengua recorriéndolo, haciéndome gemir de placer en cada movimiento, con cada roce que me humedece cada vez más, que me hace desear más, quiero sentirle por dentro, gritar de placer con su cuerpo y le pido que me penetre, que me haga llegar al cielo...
Me coloco sobre él y grito cuando le siento, vivo en Babilonia mas esto es el paraíso y sé que él no es Adan, más es el amante perfecto, me lo demuestra en cada movimiento, en cada embestida bajo mi cuerpo, incapaz de moverse con cada cosquilleo que le invade, con cada orgasmo que provoca en mis adentros... y en este juego se precisa movimiento, se precisa sentir aún más el fuego así que tomo aire y me contengo, comienzo a mover mis caderas a un ritmo frenético, un ritmo que le hace gemir, y siento más el fuego cuando veo que le gusta, cuando su rostro desencajado deja entrever ese placer que le quema por dentro...
Se sienta en el borde de la cama y yo, sobré él, mis piernas cruzadas en su cintura, y me muevo, me muevo clavando mis dedos en su espalda, con miedo, más quiero clavar mis uñas pero me freno en mis impulsos y jadeo, jadeos de placer que hacen eco, que se entremezclan con los suyos mientras levanta mi cuerpo como si de una niña se tratase y me eleva al cielo, al cielo de sus alturas, al cielo del placer....
Y el agua sigue resbalando por mi cuerpo, he perdido la noción del tiempo y me invade el calor por dentro, calor que me quema el cuerpo mientras observo mi mano entre mis piernas, el agua resbalando por mi pecho, dibujando cada curva de este cuerpo delgado, de este cuerpo que provoca que muchos giren el cuello... y este calor me sigue quemando por dentro, me abrasa el recuerdo de sus labios bajo el agua, de la fusión de nuestros cuerpos en aquel momento...