viernes, 19 de marzo de 2010

Comienza un nuevo día...

Acabo de despertarme, las legañas aún pegadas en los ojos entreabiertos, los rayos de luz filtrándose por la ventana... estiro mi cuerpo aún tumbado en la cama e introduzco mis manos bajo las sábanas para retirarlas... me he sumido profundamente en un sueño y ni siquiera he escuchado el despertador, es tarde... y mis manos rozan mis muslos, me siento húmeda... no recuerdo el sueño pero seguro que fue agradable, siento el olor a hembra en mi piel, las feromonas frotando en la habitación... meto la mano dentro del pijama y me acaricio con la yema de los dedos, unos dedos que resbalan suavemente y rozan mi clítoris haciéndome estremecer de placer...

Saco la mano y me chupo los dedos uno a uno, el sabor dulce me cambia el gusto de la boca seca de las horas de sueño... Abro la mesilla de noche y me quedo observando los juguetes... ¿cuál escojo? mi imaginación se decanta por uno de mis juguetes y me destapo en la cama, quitando mis pantalones del pijama con ansiedad... me apetece jugar, sentir el placer de un orgasmo, empezar el día con energías renovadas...

Cojo el lubricante en mis manos y vuelvo a dejarlo en su sitio... estoy suficientemente húmeda, un mar entre mis piernas hace que el vibrador se deslice solo hacia dentro, tumbada, con las piernas flexionadas, abiertas... y le giro a la ruleta para que comience a vibrar y estimular mi clítoris mientras lo voy moviendo con mis manos, sintiendo el placer de las vibraciones en mi interior, humedeciéndome cada vez más...

Las ansias se apoderan de mi cuerpo, la furia se desata dentro de mí y quiero más, quiero sentir más placer, la fiera toma el relevo a la dulzura y el gatito se convierte en tigre, cierro las piernas y lo siento entero dentro, vibrando, sintiéndolo aún más... y me coloco de rodillas, sobre la cama, con el vibrador debajo de mí, moviendo mis caderas y sintiéndolo más profundo, proporcionándome cada vez más placer... y le aumento la intensidad de la vibración, mientras el delfín que estimula mi clítoris hace que de vez en cuando me separe de él, prolongando el estremecimiento que llega rápido, avisando con un temblor en mi cuerpo, una descarga eléctrica que me deja paralizada, con mi cuerpo desnudo, temblando, mientras mis manos se apresuran a quitar la vibración, para sentir la calma tras el orgasmo, permaneciendo ahí, inmóvil, aún penetrada durante unos segundos... segundos en los que tras una expresión desencajada y un grito de placer aparece una nueva sonrisa... comienza un nuevo día...