jueves, 27 de mayo de 2010

Alfileres que se clavan por dentro...


El cansancio se apoderaba de mi cuerpo, me sentía carnal al intentar mantener mi mente despierta y los ojos se me cerraban, caían mis párpados y los bostezos... sentía que el sueño se apoderaba de mi por momentos... imposible luchar contra ellos, ni la cafeína hacía su efecto...

Me fui a la cama con la pretensión de caer rendida bajo su abrazo, con la intención más pura de entregarme por completo bajo las sábanas al sueño, mas el deseo invadió mis pensamientos, sólo un vestido de algodón cubría mi cuerpo y el deseo me apoderaba por dentro... mi cuerpo, tumbado boca arriba, con las piernas flexionadas, en mis manos un libro, humedad que fluye desde dentro... y una mano resbala por mi pecho, impulsiva, rozando mi piel bajo el vestido, saliva entre los dedos y su nombre desgarra el silencio en mitad de la noche, mientras un gemido sigue a las palabras y sigo acariciándome, sin pensar, sóla en la oscuridad con los recuerdos...

Pequeños golpes de mis dedos en mi sexo, gemidos que me encienden cada vez más, y abro el cajón de la mesilla para rebuscar un juguete en la oscuridad, mujer en el sexo, niña de juguetes de fuego, mis dedos tropiezan con látex suave, me coloco de rodillas sobre la cama, sacando pecho mientras mis manos se apoyan sobre las sábanas, encogida, sintiéndolo bien adentro mientras las vibraciones me hacen gemir, pronunciar su nombre con palabras entrecortadas por los escalofríos del sexo y me muevo, siento las vibraciones de mi juguete, en ocasiones, tengo que separarme, dejar de sentir el cosquilleo, y vuelvo a moverme, vuelvo a sentir ese cosquilleo bien adentro, en mi clítoris... y gimo, cada vez más fuerte, cada vez más fuerte su nombre entre gemidos, cada vez más placentero, puro volcán de fuego...
Siento un orgasmo y me tumbo entre las sábanas, como si de un moribundo se tratase, como si mi fuerza se la llevara el viento, y permanezco ahí, acurrucada, un ovillo de brazos y piernas con el vibrador entre las manos, rozando la humedad que le cubre, sintiendo el flujo en mis dedos, acariciándolo con suavidad, como si pudiera sentir el placer de mis caricias y una pregunta se clava en mi mente, me invade la inquietud de no entender por qué no puedo sentir el fuego de otros cuerpos y me hacen arder los recuerdos... y los tengo ahí como alfileres que se clavan en mi pecho, alfileres que se clavan por dentro cuando sé que necesito sentir el calor, el fuego del sexo que me invada por dentro y no puedo, no me dejan sus recuerdos, no me dejan los sentimientos...
Y así me quedo dormida, con el vibrador aún entre mis dedos, y así me despierto, un ovillo entre las sábanas, con la luz del día entrando por la ventana y húmeda, húmeda por los sueños, esclava de los deseos de los sentimientos, alfileres que se clavan por dentro....