miércoles, 4 de agosto de 2010

El caos de las pequeñas cosas


El ser humano es materia y no esencia, una composición de carne y hueso, una maquinaria imperfecta, pero llena de esencia, rebosante de sentimientos y sensaciones que lo engrandecen y lo corrompen por dentro... y yo, ángel caído del cielo me siento desbordante de ellos, mas los mayores tesoros se encuentran en cada momento, en cada instante pasado, en cada porción de tiempo por vivir...

No doy valor al dinero y a las joyas, no quiero palacios ni lujos cuando el mayor de los tesoros puede ser algo que no cueste dinero, si el mejor perfume es el aroma de una piel, la mayor de las joyas un beso al despertar y el mejor de los palacios un hogar lleno de felicidad, mas no hay dinero que compre los sentimientos, no hay dinero que pague el cariño verdadero ni oro en el mundo que pague las caricias que salen del alma...

Con un cigarrillo entre los dedos, me siento delante del café y pienso, debato en mi mente sobre el futuro incierto de este cuerpo de átomos compuesto y me doy cuenta de que somos egoístas por naturaleza, que nos invade la codicia y nos corrompe los cuerpos mas cuando decimos "te quiero" deberíamos decir "te necesito", no amamos por lo que la otra persona es, amamos a esa persona por lo que nos hace ser, por lo que nos hace sentir a su lado, por la persona en la que nos convierte y la sonrisa que se dibuja al despertar a su lado... la queremos porque la necesitamos para vivir en mejor armonía con nuestro cuerpo, porque el alma a su lado nos convierte en lo que nos hace sentir bien, porque esa persona nos hace ser más grandes... y en la bondad de los sentimientos queremos el amor correspondido para hacerle sentir lo mismo, para juntos ser más grandes...

El cigarrillo sigue humeando en el cenicero mientras debato con mi mente y me pierdo de nuevo en los pensamientos, inevitable que aparezca en mi mente cuando me invade hasta en la más absurda de mis intimidades y cierro los ojos y me pierdo en la algarabía del sexo bajo su cuerpo, irracional mi mente cuando ese ser prácticamente desconocido se vuelve el centro de mi existencia, apareciendo en todo movimiento cual fantasma de mi mente que aparece tras las verduras de la cocina, invadiendo los sueños en la noche, invadiendo mi café u oculto bajo el agua de la ducha, siempre provocando una sonrisa, siempre provocando el bienestar del cuerpo cuando me despierto y al desperezar el cuerpo el mal humor se torna una sonrisa si es su imagen la que invade los más ocultos pensamientos... mas los pensamientos se tornan en la fiesta de los sentimientos cuando son sus manos las que me abrazan en la cocina y sus labios se cuelan bajo el pelo mientras friego los platos sucios tras ese festín con platos para dos en el salón, cuando son sus labios los que buscan los míos despertando las sonrisas...

Y en el sinvivir de la vida, en el sinvivir de las sonrisas perdidas y las lágrimas del pasado siento el miedo a perder ese tesoro que tengo dentro, al retorno de lo que fuí si ya no me provoca, si ya no siento sus manos que hacen que sienta más vivo mi cuerpo y me aferro al cigarro con una calada profunda, intentando exhalar los pensamientos, para que no se escapen del cuerpo, pues en la realidad de mi mente sé que todo es incierto, que no puedo retenerlo y la impotencia me llena de rabia mas no hay armas para esta batalla, sólo yo, mi cuerpo y mis pensamientos... ¿bastará con eso? solo el tiempo puede dictar el veredicto de los sueños...

En las dudas del alma, no hay respuestas fáciles cuando respondes a una pregunta con otra y me rindo ante el examen que me brida la vida, sólo la experiencia me haría salir corriendo pero no quiero, algo me ata y no puedo huir de sus besos cuando este íncubo no me provoca sólo las entrañas del sexo y la mera idea de provocar su sonrisa provoca el bienestar en mi cerebro, cuando el mejor amante de una lista interminable no es capaz de hacerme salir corriendo hacia sus brazos y prefiero las dudas al placer en el cuerpo si son sus ojos lo primero que observo al abrir los míos cuando duermo y hace poco leí que las personas te atrapan cuando sientes la necesidad de despertarte a su lado, que estás enganchado, que han provocado los sentimientos... más en este caos de pequeñas cosas... no sé ni como definir lo que pienso ahora en la distancia, no sé como definir esta oleada que invade el cuerpo, solo sé que quiero volver a verlo cuando en mí provoca hasta el aliento, pero esta sed no se sacia sólo con su cuerpo...