domingo, 6 de junio de 2010

A la guerra, sin armadura ni escudo... desnuda


Estaba en la cama, con el cuerpo magullado por completo, cualquier postura resultaba dolorosa sobre los moretones y la hinchazon de mi cuerpo, hasta el roce de las sábanas resultaba molesto y allí, despierta, encogida por el dolor de aquel golpe brutal, allí, las lágrimas rondaban por mi cara, allí, tumbada de lado, encogida, despierta, dormida, ausente, viva, muerta...

Estaba entre una maraña de sentimientos y me dí cuenta que las lágrimas no las provocaba el dolor de los golpes, que eran lágrimas por las bofetadas recibidas en el alma... heridas profundas que duelen aún más que los moretones que marcan mi piel y permanecí así, tumbada, sin poder dormir, demasiado ruido en la calle, demasiado jaleo en mi cabeza... una guerra interior que me desarma...

Una maraña de carne bajo la sábana, demasiado calor en las noches de primavera, y mis manos encogidas bajo la almohada, comencé a acariciarme, a dejarme llevar por las manos que recorrían mi cuerpo y me encogieron aún mas cuando las yemas de los dedos acariciaron mi clítoris sintiendo cada veta de mi huella dactilar, cada dibujo de mi piel hacía que se me encogiera la piel, erizada, con los pelos como escarpias, caricias que me llevan hasta el orgasmo y siento la mente más relajada...

Y más tranquila, más sosegada me doy cuenta de que soy yo misma quien refugia sus problemas en el sexo, que huyo corriendo a las caricias que me calman, que me escondo tras los orgasmos como una niña bajo las faldas de mama, que ni yo me respeto a mí misma cuando necesito una salida... respiro hondo y me enfrento a mí misma, me enfrento a esta guerra de contradicciones que me revuelve por dentro... que me mantiene en lucha constante entre lágrimas de sufrimiento y orgasmos placenteros... y no, ya no me sosiega el sexo, sigo luchando por dentro...

Sé que he de olvidar, que él me mato por dentro, que cambió las sonrisas que dijo que le habían cautivado por lágrimas, esas sonrisas sinceras que afloraban desde el corazón, que hacían brillar los ojos, esas sonrisas permanentes que habitaban en mí, naturales, felices, alegres... esas sonrisas que tanto le llamaron la atención, esas sonrisas las borró y las cambio por las lágrimas recorriendo las mejillas, por palabras entrecortadas hecha un ovillo en el suelo, palabras conmigo misma.. ¿por qué? ¿por qué hizo eso? supongo que jamás lo sabré, jamás me dará una explicación a este sufrimiento... mas ahora me levanto con fuerzas, ahora siento la esperanza en esta lucha que me corrompe por dentro... pero jamás seré la misma, jamás volverá la inocencia a mi cuerpo... libré una guerra en la que pensaba ganar y acabé perdiendo... mas ya es tiempo de aceptar esta derrota, de reconstruir mi cuerpo y comenzar de cero...

No quiero sexo, no quiero caricias en el cuerpo, quiero orgasmos de sentimientos, caricias en el alma, palabras sinceras que me enciendan el alma, mas ahora no libro la guerra contra un cuerpo, libro la guerra contra la soledad que siempre está ahí, silenciosa, callada, mi sombra en cada paso, compañera en la mesa a la hora de la cena, frío en la cama, compañera de baile en la fiesta de la vida... fiesta que convirtió en mi propio entierro con el sufrimiento y ahora que me siento con fuerzas, que quiero ser humana, dejar de ser la súcubo de las almas, que quiero ser mujer, bella, seductora, pero mujer, ahora que quiero que se me encienda el alma y vivir esta vida como mortal... ahora me vestiré de guerrera, comenzaré una nueva batalla sin armadura, sin escudos... yo frente al mundo con mi espada, mas ahora que sé que el sexo con sentimientos es la más brutal de las sensaciones, ahora que sé que sólo una mirada y una palabra pueden elevarte al paraíso, que puedo ser la ninfa en el mar de sus besos... ahora no quiero vivir de los recuerdos sufriendo...
Bajo las curvas del cuerpo y la belleza de un rostro angelical con mirada de diablo hay mucho escondido, hay todo un universo de sentimientos, una mujer real, con sentimientos y que siento que tiene mucho que ofrecer, una experiencia que merece la pena ser vivida, siento que no soy sólo el placer de los orgasmos ni las caricias de viento... siento que tengo mucho que ofrecer al mundo, que siendo mortal seré mujer de risas entre vinos, de saltos en los conciertos, de palabras profundas en noches de desvelo, de conversaciones profundas en la mesa, de abrazos viendo una película, volteretas en el jardín, paseos por el campo con caricias en la mirada y bolsas de pipas en el parque...¿por qué nadie lo ve? ¿por qué sólo se ve en mí el deseo del sexo? y si Scarlett puso a dios por testigo que jamás volvería a pasar hambre, esta súcubo pone por testigo al mismísimo infierno que será ella quien se dé valor como mujer, que será ella la primera en mirarse dentro y hacer ver al mundo que no es la diosa del mundo entero, mas un mundo no hace compañía cuando sientes que faltan unos brazos en la cocina, abrazando tu cintura con los labios en el cuello mientras preparas viandas para dos...
Y ahora que siento que esta guerra va a ser larga, dura, difícil, sé que costará dolor y sufrimiento, que supondrá un esfuerzo... mas vale la pena sentir y cierro los ojos, sigo soñando despierta y me veo con una sonrisa en los labios mientras la puerta de casa se abre, una caricia en el cuerpo y un beso que me encienden mientras remuevo el puchero y, giro mi cuerpo para sentir unos labios que rozan los mios mientras las caricias se suceden por su espalda, besos que me encienden con la dulzura, besos, que me calman y me erizan el cuerpo... caricias calladas entre sonrisas y la carne se pega en el puchero, mas ni siquiera siento el olor a quemado cuando sus manos levantan mi cuerpo sobre la mesa de la cocina y mis piernas se abrazan a su cintura mientras arranco su camiseta del cuerpo para besar su pecho, sentir su torso desnudo pegado a mi rostro mientras mis labios recorren su cuello y poco a poco se van despegando las prendas de la piel, allí, desnudos en la cocina, perfume embriagador del deseo que camufla el olor a quemado de la comida...
Y siento como me penetra con cariño, como se estira mi cuello hacia atrás, sobre la mesa mientras cada movimiento es agresivo, fuerte, fruto del deseo y el cariño en los ojos, brillando por el placer de los sentimientos, y mis manos, asiadas a su cuerpo, clavando las uñas en un orgasmo que me deja rota, que deja sin respuesta mi cuerpo cuando siento su semen en mis adentros, entremezclando mis temblores con los suyos, dos cuerpos rígidos en el mismo momento... y una nube en mi mente ¿si antes un orgasmo me hacía querer más, por qué ahora con uno me basta?
Y ahora que soy consciente de la guerra que quiero librar, de los sueños que me queman por dentro, me visto con una sonrisa, tacones para ver desde arriba la vida y así, desnuda, salgo a la calle, sin escudos, sin armaduras, siendo yo, mujer de sentimientos, débil, mujer que sufre, que llora si la lastiman, así salgo a la calle y renuncio a ser diosa para ser la princesa del cuento, así, con el pelo al viento, sabiendo que he de mantener los ojos abiertos, que no puedo ser muñeca para sus juegos, así, cojo mi espada y me enfrento a la batalla mas ha de ser valiente el caballero que libre esta guerra, mas soy mortal, pero me protege Athenea en esta batalla, Hator me lleva de la mano en esta andadura, e Innana me mantiene viva la esperanza, me mantiene firme en esta lucha... sin armadura ni escudo, más no los necesito, no los preciso, y camino desnuda, tal como soy...