domingo, 16 de mayo de 2010

Sumisa, abandonada entre sus brazos....



Le he vuelto a ver, permaneciendo escondida, en la distancia, silenciosa, sin dejarme ver... sin dejar notar mi presencia, mas quería que echara de menos mi presencia, pero su felicidad y los motivos de celebración me hicieron permanecer aún más invisible, sin que notara mi presencia... y triste, con esos superpoderes de personaje mitológico que me hacen ser invisible me acosté en mi cama, pensativa... recordando la imagen de esa sonrisa, de la euforia que invadía su cuerpo...

Apareció al lado de mi cama, prácticamente desnudo, sonriente, me hice a un lado y se metió dentro, rodeando mi cuerpo con sus brazos, besando mis labios con ansia mientras mi cuerpo se acomodaba bajo el suyo y sus manos se escurrían bajo mi camiseta... caricias que me encienden el alma, fuego en la piel que se revuelve bajo sus manos, deseando sentirle cada vez más...

Me escurrí bajo su cuerpo y empujándole me coloqué encima, sentada sobre sus caderas con mis rodillas dobladas, el cuerpo erguido, y me quité la camiseta dejando que mi melena cayera por los hombros, el pecho al descubierto... y me incliné sobre él para besar sus labios, mordisquear su cuello con mi lengua, mi aliento en sus oídos, con respiración suave, un adelanto de mi deseo... y como si de una serpiente se tratase, serpentee por su pecho, jugando con sus pezones entre mis dientes mientras seguía bajando para clavar mi mirada en la suya, y, con la goma de sus calzoncillos entre los dientes, se los bajé mientras levantaba sus caderas, mirándome sonriente, mirándome con deseo mientras sus manos hacían caricias en mi espalda...

Mis labios besaban sus muslos, mientras observaba su pene erecto, frente a mí, deseando que jugara con él, pero mayor es el deseo cuanto más se hace esperar y quería prolongar ese dulce sufrimiento durante unos instantes antes de comenzar a lamer sus testículos, su cuerpo encogiéndose de placer, su rostro desencajado en un gemido, y su pene entre mis labios, mientras mi lengua juega con su prepucio y lo recorre entero, movimiento incesante de mis boca, luego, más suave... y mis dientes mordiendo, ojos entornados por la sorpresa ante algo nuevo, el placer de descubrir nuevos placeres... y mi cuerpo se mueve sobre él, besando sus labios nuevamente, mi cuerpo pegado al suyo, mis caderas inquietas, presagio del futuro inmediato...

Lentamente me tumbé sobre la cama, sumisa, abandonada entre sus brazos mientras sus labios hacían prisioneros los míos, sus manos recorrían mi piel, bajando por mi cintura para hacerme encoger y gemir con sus dedos entre mis piernas, húmeda, chorreante y ansiosa le susurre que viniera mientras mis manos le empujaban sobre mí y su pene entre mis piernas, clavándose como un cuchillo, dulce puñalada que me hizo gritar sordamente, que me hizo sentir el cielo en cada movimiento, cada vez más rápido, cada vez más placentero... y la dulce gatita se transformó en tigresa, sacando a la fiera que llevo dentro, siendo de nuevo Lilith, puro vicio en el cuerpo...

Se despegó de mi cuerpo con una sonrisa, volviendo mi rostro a la normalidad, pero con brillo en la piel sudada y me senté sobre él, en el borde de la cama, sus piernas abiertas y las mías cerradas, sus labios en mi espalda y sus manos acariciando mi pecho , para pasar a agarrar mis caderas y ayudarme en cada movimiento...

Cuando el cansancio se apoderó de mi cuerpo y, el sudor abrillantaba mi piel, entre las sombras de la luz de la calle, prácticamente en penumbra, dos sombras retozando en medio de la noche, dos sombras ardiendo en placer, bajo la luz de la luna y las farolas que penetraba por la ventana.... él tomó mi cuerpo y abrazada a su cuello, me cogió en brazos, de cinturón mis piernas cruzadas mientras sus caderas y las mías chocaban haciendo las delicias de mi cuerpo, mis uñas clavadas en su espalda, incontrolable, salvaje... mareada por el placer que invade mi cuerpo, vértigo por la altura y el placer incontenible, un orgasmo tras otro, mi cuerpo tirita, me invaden los escalofríos... y él no para, no deja descansar mi deseo... reviento... ya no puedo más, demasiadas sensaciones invaden mi cuerpo, demasiado placer... le pido apretando los dientes que pare, una sonrisa de anuncio dibuja mi cara y se ríe, esos dientes al descubierto casi provocan otro orgasmo mientras me deja sobre la cama, como si de una muñequita se tratase, moviéndome a su antojo en cada momento.

Le miro fijamente a los ojos y sé lo que desea, sé lo que quiere y es precisamente lo que estoy pensando... su cuerpo perfecto, frente a mí, sus caderas frente a mi cara y mis manos asían su cuerpo, acercándolo más, tomando su pene entre mis labios mientras mi lengua hace círculos y mi boca se mueve, cada vez más rápido, caricias en sus testículos y gemidos en su garganta, con la cabeza echada hacia atrás, desencajado por el placer de mis dientes escondidos, presión con los labios y mi saliba humedeciendo sus deseos... Baja su mirada con ojos de súplica y permiso, mientras una sonrisa en mis labios da luz verde a sus deseos, siguiendo con mis movimientos, placer ininterrumpido que continúa con su mano y mi boca, gemidos que me humedecen otra vez... mas no me siento capaz de interrumpir el momento, su cuerpo estremecido por el placer, reventando en mis labios, sus gritos de placer mientras el orgasmo invade su cuerpo... y le miro con brillo en los ojos, sonrisa en mis labios, los cuerpos sudados...

Se tumba sobre la cama y me coloco a su lado, sintiéndome pequeña en comparación con su cuerpo, sus brazos rodean mi cuerpo, su piel desnuda pegada a la mía y mi cabeza sobre su pecho, caricias en mi espalda mientras mi brazo bordea su cintura, piel suave entre mis manos que acarician sus músculos marcados, y me duermo... me duermo y me despierto sola, abrazada a la almohada, húmeda, empapada y con la sensación de que ha sido un sueño, real en mi imaginación, pero sólo un sueño...