domingo, 9 de mayo de 2010

Corazón y mente...

Dicen que el corazón y la mente se albergan en la misma parte del cerebro... pero el corazón navega libre por un mar de sentimientos, más aún siendo pobre como soy, tiene su bote propio en el cual navega a la deriva, perdido por las fauces del mundo, aturdido por la marea, confuso por el desconcierto, triste por la soledad....

Mi mente ha intentado controlar los sentimientos, seguir con la vida tras los dolores de un amor imposible, de ese amor que mata día a día apagando la luz de mis ojos, el brillo de la mirada que torna en lágrimas de desconsuelo... pero es imposible amar sin olvidar, es imposible amar cuando ya estás amando... y muy injusto dar las migajas de lo que te sobra, pues amar es compartir y no dar limosna... y de nada vale intentar querer y dar cariño cuando en la intimidad de tu mente, cuando te miras por dentro y la soledad es tu mejor amiga, cuando asomas a la ventana de tus adentros... cuando en ese momento es cuando ves que hay otra persona, que aún sin darte nada, hace que la vida por ella, que te sientas dispuesta a renunciar a todo, incluso a tu alma, vendiéndosela al mismísimo diablo por la felicidad de sentirte perdida en sus brazos, de que sean sus manos las que recorran tu cuerpo y hagan que gravites con los pies en el suelo, sintiendo las nubes rozando tu pecho...

Aquí, ahora, en la soledad de mi humilde morada es cuando miro en mi interior, cuando sueño sin palabras, mas no hay palabras para describir lo que siento, no hay palabras para el cuento de hadas que sueño despierta.... no se puede describir la felicidad que me aporta tan sólo un sueño... producto de la imaginación inmensa que alberga mi mente, mi corazón... mas si pronuncio palabra la realidad se torna gris, duele en mis adentros el saber que no está, que mi cama está vacía otra noche y no veré su sonrisa al despertar... se torna a negro, cuando caigo al suelo y no levanto, cuando me doy cuenta de que no va a estar.... chorretones en mis mejillas cuando me abofetea la razón, diciendo que soy invisible a sus ojos... que no ve todo lo que desearía que viera... más se que si me dieran la oportunidad, si tuviera la ocasión, me convertiría en la princesa del cuento... pero ni siquiera tengo billete para ese tren...

y ahora... ¿qué le digo yo al corazón? ¿qué le cuento a la razón? qué le puedo decir a mi ardiente alma si sólo puede elegir entre una fría cama o caricias frías, sin sentimiento.... si por más que me empeñe en sentir el calor de otras manos lo único que voy a sentir es un abismo entre lo que vivo y lo vivido....

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