martes, 29 de junio de 2010

Libre con los sueños


Cuando los sentimientos me provocaban lástima de mí misma, cuanto mayor era la desazón que invadía mi cuerpo, en el mismo instante en que pensaba que jamás podría levantar mi cuerpo y los pies se arrastraban por el suelo decidí levantar mi cuerpo, sin pensarlo abrí las alas y alcé el vuelo... como si de un pavo real se tratase, desplegué todos mis encantos, armada de sonrisa y coraje, liberando las cadenas que me atan para poder vivir la vida y disfrutar de los encantos terrenales, sin ataduras, sin lastres en los tobillos más se que no he olvidado, pero ya no me atan las cadenas pues encontré el antídoto al embrujo de este íncubo que me hechizaba...

Abrí la mochila y la llené con ganas de vivir, un puñado de esperanzas y sonrisas de repuesto, con mi cerrazón como única vestidura y el brillo en los ojos emprendí el camino, más bella que nunca según los conocidos, mas no es belleza lo que deslumbraba en mi cuerpo, si no el brillo de la fuerza y las ganas de vivir... las ganas de empezar de cero y levantar el vuelo, las ganas de volar de flor en flor y la firme decisión de olvidar las penas que me ahogan, pues la brisa del mar se llevó la compasión que siento hacia mí misma y me invadió de lozanía, de la certidumbre de que este sol abrasadora de verano derrita las penas y se tornen alegrías en mi cuerpo....

Quimera aún lejana, sueños de mejores tiempos, mas camino por el sendero preciso, con los pechos al descubierto, libres, moviéndose al son del contoneo de mis caderas, movimientos lentos en el empedrado camino por la linde del cielo y el infierno, pero este súcubo es libre, se resiste a los sueños del bien y el mal, campa a sus anchas por allá donde pisa, con pasos firmes sobre unos tacones altos, sin ropa, sin cadenas, sin ataduras, sin dueño...

La larga melena al viento, alborotada, libertinaje entre mi pelo mas mi cuerpo libre, como pelusa que es arrastrada por el viento, y en este bullicio de sentimientos me invade el calor en el cuerpo, caricias cálidas con los dedos entrelazados en el pelo, actitud arrogante en mi cuerpo con cada movimiento, más se que soy diosa del deseo y las lágrimas se esfumaron cuando cerré aquel viejo cuaderno y decidí que era tiempo de reescribir mi historia de nuevo, de sentir el renacer del demonio en el cuerpo, arranque las ropas de mi cuerpo y tan sólo la vestidura del cuero sin curtir sobre mi cuerpo... piel dorada, desnuda, suave, ni siquiera la presión del tejido sobre él hace que me sienta atada, pues la libertad es la bandera que ondea en mi patria y el fuego del cuerpo mi gobierno...

Largo camino empedrado cuando mis ojos se cruzan con los de animales despiadados y corderitos que se hacen hombres en el fuego de mi cuerpo y observando los ojos de un lobo, la envidia de esa serpiente que custodia las manzanas y mi reflejo en la mirada de esa gata que se torna en pantera, me doy cuenta de que ahora si campo sin cadenas por el sendero de los sueños, giro en torno a mí y busco una víctima, busco alguien que me haga sentir el fuego, que me llene por dentro, mas esta vez no sólo le voy a regalar mi cuerpo, esta vez no voy a ser presa del fuego y pienso abandonarme a los antojos de Afrodita, pero libre como el viento, libre entre mis sueños....


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